Esta exposición fue descrita por el sociólogo Gonzalo Portocarrero como la oración personal de la artista, "un intento de hacer frente a una abrumadora sensación de la muerte con la urgente necesidad de la esperanza". Fosa Común fue una de las instalaciones presentadas en la muestra. En esa obra, un autorretrato de la artista parece descender en una fosa común de los cuerpos de los santos católicos. Este trabajo explora los límites entre la religiosidad y la violencia. Durante 20 años el Perú sufrió un sangriento conflicto armado ocasionado por la tentativa de Sendero Luminoso de tomar el poder. A partir de 2002 muchas fosas comunes fueron descubiertas durante las audiencias de la Comisión de Verdad y Reconciliación.